Después de la proclamación del Evangelio Según San Juan a cargo del diácono permanente Ángel Barahona, el obispo auxiliar dijo que estaban “aquí reunidos en el Cementerio General los que tenemos esperanzas”
Y esto es muy importante que nosotros lo tengamos siempre presente en nuestra mente y en nuestro corazón, subrayó
San Pablo nos ha dicho para esta verdad que se nos ha recordado que no debemos vivir como los que no tiene esperanza.
Los que hemos venido hasta aquí es porque tenemos esperanza, y la esperanza está fundada en lo que el mismo San Pablo nos ha dicho
Como Jesucristo para salvarnos, él mismo pasó por la muerte pero no se quedó muerto sino que ha resucitado y los que hemos sido bautizados hemos sido insertados en la muerte y la resurrección de Cristo. Importante que nosotros siempre lo tengamos muy presente, dijo a las más de 500 personas que asistieron a la celebración eucarística en una sección del campo santo.
Dios que nos ha dado la vida y quiere que gocemos de la vida eterna nos ha regalado el sacramento del bautismo por los méritos de la muerte y resurrección de Cristo.
El agua cuando se bendice en el bautismo nos recuerda como Dios ha escogido este elemento que por la gracia de él puede hacer que haya un nuevo nacimiento.
Por eso cuando somos bautizados por la muerte de Cristo el agua significa que en el diluvio cuando lo recordamos pues fue que se borró el pecado del mundo y Cristo es el que ha borrado el pecado del mundo. Entonces participamos de la muerte de Cristo pero el agua sino de vida y entonces cuando termina de recibir el bautismo, cuando lo terminamos de recibir nosotros en el día de nuestro bautismo vivos como Cristo para participar de la resurrección de Cristo.
Entonces hemos sido marcados con la muerte y resurrección de Cristo por lo tanto la muerte es parte de nuestra experiencia mientras estamos aquí e este mundo peregrinando pero como un paso a la vida eterna que nos ha conquistado con Cristo, recordó el prelado. Entre otros conceptos monseñor Men diojo que este es el motivo de nuestra esperanza, “este es el motivo por el cual nos estamos reuniendo”.
Jesucristo mismo cuando hablaba del reino lo comparaba al mejor de los banquetes de aquí en la tierra siendo que el del reino de los cielos será superior y seguir alentando la esperanza de que nuestra vida está destinada para la felicidad eterna en el reino de los cielos que será un banquete suculento ya anunciado desde el antiguo testamento, ratificado por Cristo.
Vamos hacia el reino de los cielos a participar de ese banquete pero aquí en la tierra, nosotros, la Iglesia peregrina pues vamos siendo alimentados por el mismo Jesucristo en el gran banquete de la Eucaristía que de eso nos ha hablado el Evangelio de hoy. Que belleza es la celebración de la eucaristía.
Explicó que la belleza viene de que verdaderamente esa última cena de Jesucristo hace 2000 años allá en el cenáculo de Jerusalén. Verdaderamente fue la última cena pero que le dijo a los apóstoles Hagan esto en memoria mía, de tal modo que cada vez que celebramos la eucaristía es la misma última cena de Jesús, es la misma. Hasta que él vuelva y eso es algo bello.
Por eso lo mejor que ofrecemos nosotros pata mantener la esperanza para mantener nuestra peregrinación hacia el reino de los cielos, para mantener la esperanza en que nuestros fieles difuntos participarán del reino de los cielos, es orecer la eucaristía, como es la tradición de nuestro pueblo: pedir por nuestros fieles difuntos en cada mis que se celebra porque es el mismo Jesucristo que se hace presente con este banquete que hace presente su muerte y su resurrección porque el pan y el vino se convierten en el cuerpo y sangre que se entrega que se derrama por nosotros, para ser salvador y alcanzar e banquete de la vida eterna y ponemos en la manos del Señor en cada eucaristía a nuestros fieles difuntos para que participen en ese misterio de la presencia real de Jesús en cada misa.
El prelado expuso que por nuestra oración como Iglesia, nuestra participación en la Eucaristía, el Señor tenga misericordia de ellos y también alcancen la vida eterna porque tenemos esa esperanza a todos.
Recordó que en Yucatán se celebra el Hanal Pixán y es un banquete y recordó que en colonia Nueva Yucatán vivió está tradición.
La comida, las flores, las velas, los retratos, son signos de vida que nosotros tenemos que seguir manteniendo cn eso, son signos de vida porque creemos en la vida eterna, de estos nuestros hermanos que se han adelantado, algún día nuestras fotografías estará ahí. Expuso que hay que mantener la creencia de la vida eterna.
Dijo que insistió en este término porque tristemente el Halloween es todo lo contrario es una tristeza que nosotros estemos promoviendo algo que contradice nuestra fe en la vida eterna, que nos habla de la presencia de otra realidad que es terrorífica que es sin esperanza que es de espanto. Puede ser que se vida como un carnaval y como una cosa pasajera, reiteró
Ojalá que se quede como una cosa pasajera. Nuestro Hanal Pixán nos habla de la vida eterna, subrayó entre otros conceptos.
Mientras se celebraba la eucaristía cientos de personas se ocupaban de la limpieza de las tumbas de sus seres queridos, de poner flores, de dejarlas limpias, en el Día de los Fieles Difuntos.
El padre Lorenzo Mex Jiménez y el diácono permanente Juan Caballero también celebraron la eucaristía que se efectuó bajo toldo y antes de que comience a nublarse el día debido a los remanente del huracán «Lisa». En el altar pusieron la imagen de San Sebastián Martir.