Una de las leyendas más conocidas en el estado de Yucatán es la del Huay Chivo, que narra la historia de un viejo hechicero con la habilidad de transformarse en un aterrador ente, mitad hombre, mitad chivo, después de haber vendido su alma al Kisín, expresión maya para referirse al diablo.
La historia del Huay Chivo en Yucatán es muy similar a la de los Nahuales en Centroamérica, pues se trata también de personas que toman la forma de diversos animales a partir de un ritual de ofrecimiento.
En los poblados del interior del estado es común escuchar diversas anécdotas sobre encuentros con esta entidad, se dice que si una persona se cruza en el mismo camino que él, debe desviar la mirada, de esta forma sentirá solamente un frío intenso y un mal olor, pero si lo mira, a las pocas horas presentará fiebres y malestares producto de “un mal aire”.
Se dice que el Huay Chivo se alimenta de las gallinas y el ganado de los pobladores y que habita en los más recónditos y oscuros lugares, como en los bosques y montes. Existe una muy conocida frase que advierte a todo caminante nocturno cuidarse de este ser amante de la oscuridad, pues de tener contacto con él su maldad se dejará caer.
Para que un brujo pueda obtener la habilidad de transformarse es necesario que realice un rito oscuro, en el que ofrezca precisamente un chivo, después de una serie de procedimientos, el brujo se convierte en mitad hombre, mitad animal, con esta forma sale a asustar y matar animales.
Hay quienes narran haberlo visto y haber sido afectados por él, sus experiencias son aterradoras, para buena suerte no son muchos quienes han logrado verlo, pero en lo que se comprueba o rechaza su existencia es mejor andar prevenido.
“Caminante, cuídate al andar después de la media noche por los lugares donde el Huay Chivo ronda, pues este ser de oscuridad puede dejar caer en ti toda su maldad”.