El secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, descartó que México este ante un riesgo financiero sistémica. El temor se despertó tras los recientes cierres y caídas en las acciones de algunos bancos del mundo.
En este sentido , el funcionario argumentó que el Banco de México se prestó al juego de bajar sus tasas de exceso. Tampoco el gobierno central tomó deuda barata para aprovechar las tasas bajas, más allá de lo aprobado por el Congreso.
“Sí, los países grandes tienen un problema que resolver, la credibilidad de los bancos centrales se tiene que restablecer”, dijo Ramírez en entrevista para El Financiero.
¿Por qué hay una crisis bancaria en el mundo?
Por otra parte, el secretario detalló que los grandes bancos centrales dieron toda la liquidez del mundo. Desplomaron las tasas a cero y las mantuvieron casi diez años así.
Asimismo, dijo que las autoridades fiscales de esos mismos países, que también permitieron el gasto fiscal, tienen que lidiar ahora con un serio problema. Sin embargo, no es algo con lo que México tenga que lidiar.
“México está en otra órbita. Primero, somos muy experimentados en manejar los coletazos de crisis grandes, lo hicimos exitosamente a finales de los 80 en la crisis de Asia”, tranquilizó Ramírez.
Seguidamente, el funcionario reconoció que ese hecho significa aguantar la volatilidad el tiempo que dure, tanto en tipo de cambio como en tasa de interés.
“Pero estamos convencidos de que estamos con los fundamentales correctos, lo hicimos exitosamente en 2008 cuando nos tocó un coletazo muy grande por la crisis hipotecaria en Estados Unidos”, enfatizó
“Lo hicimos exitosamente en 2015 con la candidatura de Donald Trump que también causó olas muy altas en los mercados”, agregó.
Por otra parte, el secretario de Hacienda aseguró que no hay que preocuparse por un contagio sistémico. En México no veríamos un episodio como el de Silicón Vallet o del Crédito Suisse.
No obstante, también reconoció que el alza en las tasas tendrá un impacto en las finanzas públicas. Sin embargo, dijo que es un costo que se absorbe dentro del presupuesto y lo aprobado por el Congreso.
