La dimisión de la primera ministra británica Liz Truss obliga a una nueva elección interna en el Partido Conservador, para que su sucesor sea designado a más tardar el viernes próximo, un plazo muy corto que impone un proceso acelerado.
Al ser mayoritario este partido en el Cámara de los Comunes, su nuevo líder asume automáticamente la jefatura del gobierno.
Para respetar estos plazos, el Partido Conservador ha fijado un umbral más alto de avales parlamentarios para poderse presentar a la elección: hay que obtener el respaldo de 100 diputados conservadores antes del lunes a las 14:00 hora local.
Si hay tres candidatos, se organizará una votación reservada solamente a los diputados del Partido Conservador para eliminar a uno de ellos.
La votación se celebraría el lunes entre las 15:30 y 17:30 hora local y el resultado se anunciaría a las 18:00 horas.
Luego, un “voto indicativo” que refleje la preferencia de los diputados entre los dos finalistas está previsto entre las 18:30 y 20:30 y el resultado será anunciado a las 21:00 horas.
Esta etapa deja tiempo quien obtuviera menor apoyo a renunciar a su candidatura si así lo desea.
Tras la dimisión de David Cameron por la victoria del “Sí” en el referéndum sobre el Brexit en 2016, Theresa May venció tras el abandono de su rival Andrea Leadsom, sin necesidad de pasar por una elección por la base del partido.
En el caso de que ambos candidatos se mantengan tras la consulta de los diputados, les correspondería a los 170 mil miembros del Partido Conservador tener la última palabra y elegir al nuevo jefe de gobierno.
Se trata de un cuerpo electoral de más edad, más masculino y más blanco que la totalidad de los electores británicos. Y no tiene necesariamente las mismas aspiraciones que los diputados del partido.
El voto de los miembros del partido se efectuaría en línea, hasta las 11:00 locales del viernes 28 de octubre. El anuncio del resultado se producirá luego, el mismo día.